Atenas
Atenas es una ciudad mágica, rebosante y, sí, a veces desafiante donde quedarse, pero antes de partir a navegar entre las islas, merece la pena realizar una breve introducción a la larga historia de Grecia y del papel de Atenas. Busque entre las piedras de la Acrópolis, alrededor del Partenón, en el museo de la Nueva Acrópolis o en el Museo Arqueológico Nacional, para admirar la imponente belleza del arte y de sus estatuas. Dese un paseo por la Plaka y el centro de la ciudad para saborear la bulliciosa vida de las calles de Atenas.
Atenas tiene su famoso puerto del Pireo, una ciudad con derecho propio, y bulliciosa con las idas y venidas de cientos de ferries que se dirigen a las islas griegas, los sustentos del Egeo.
Aparte de su puerto principal donde también atracan los cruceros, y los numerosos muelles para ferries que se diseminan por todo el puerto, existen dos puertos deportivos para yates más pequeños en los extremos del Puerto principal. Mikrolimano se encuentra en el sureste cerca de las Estación de Faliro y la estación final del tranvía y Zea Marina más al norte.
Deje tiempo para llegar al Pireo, bien para su desembarque o para coger su ferry. Los autobuses exprés en dirección al aeropuerto van directamente del aeropuerto al puerto (90 minutos mínimo); el metro va desde la Plaza Syntagma, en el centro de Atenas (aproximadamente 50 minutos), y un autobús mucho más lento funciona desde la misma plaza. Se pueden acordar taxis o traslados privados.